¿Por qué las paredes "respiran"; por qué la pintura de las paredes del aseo empieza de repente a gotear, aunque probablemente no se hayan hecho reparaciones importantes en este piso comunal desde su fundación; por qué cualquier patrón empieza a repetirse; por qué la imagen aún parece congelarse un segundo en el pasado, dejando su huella en el espacio; por qué la simetría aparece en diferentes niveles; o todo se colapsa en un espacio sin dimensiones, donde tú eres una personalidad, un sujeto controlador?
En Díaz 2010, el autor describe metódicamente los cambios en las alucinaciones cuando se usan psicodélicos clásicos (por ejemplo, LSD, psilocibina, mescalina, DMT). Pero hay que tener en cuenta que, según la forma de consumo o la dosis inicial, el efecto varía.
En Díaz 2010, el autor describe metódicamente los cambios en las alucinaciones cuando se usan psicodélicos clásicos (por ejemplo, LSD, psilocibina, mescalina, DMT). Pero hay que tener en cuenta que, según la forma de consumo o la dosis inicial, el efecto varía.
- "Todo es nuevo": las escenas y los objetos familiares parecen nuevos y las personas los ven como si fuera la primera vez; las texturas y los colores son deliciosos y se perciben con mayor intensidad; el brillo y los matices de los colores se vuelven más prominentes.
- La imaginación visual se intensifica y se vuelve pasiva: con los ojos cerrados, las imágenes visuales se intensifican, aparecen formas geométricas y movimientos caleidoscópicos rítmicos.
- Ilusiones: movimiento de los objetos, vibración en sus bordes, líneas y ángulos borrosos, micro y macroscopía; pulsación y transformación de los objetos.
- Alucinaciones. Objetos, animales, personas son visibles y con los ojos abiertos, ahora exteriorizados.Alucinaciones globales: la escena ante los ojos cambia por completo, la realidad y las alucinaciones se mezclan, se hace difícil trazar la línea divisoria entre la realidad "consensual" y la realidad ordinaria.
Sin embargo, las fases descritas y sus contenidos apenas se refieren a delirantes como la datura o la escopolamina. Éstos son alucinógenos, pero específicamente señalados como una clase aparte debido a sus efectos sobre la psique y porque bloquean la acción de la acetilcolina. Los delirantes provocan un delirio real, no sólo las alucinaciones o pseudoalucinaciones familiares de los psicodélicos clásicos. En las pseudoalucinaciones, la persona suele darse cuenta de que su estado ahora no refleja la realidad, sino que es un derivado de la sustancia consumida.
Bajo los efectos del delirio, una persona puede fumar cigarrillos fantasma; mantener conversaciones de horas con personas a las que ve pero que, por supuesto, no están cerca; ver insectos, criaturas terroríficas o sombras de personas; y experimentar visiones de pesadilla. El delirio va acompañado de alucinaciones, que la persona no puede separar de la realidad.
Realidad consensuada
En el contexto de la experiencia psicodélica, la realidad en la que uno se encuentra antes y después de ella. Quizás sea por razones filosóficas: el cerebro siempre construye exclusivamente un modelo del mundo, nunca lo refleja tal y como es en realidad. Resulta que las personas interactúan entre sí, a menudo con éxito, porque son conscientes de ciertas "disposiciones" -cómo se llaman los objetos, cómo debe uno comportarse, etc.-.
Bajo los efectos del delirio, una persona puede fumar cigarrillos fantasma; mantener conversaciones de horas con personas a las que ve pero que, por supuesto, no están cerca; ver insectos, criaturas terroríficas o sombras de personas; y experimentar visiones de pesadilla. El delirio va acompañado de alucinaciones, que la persona no puede separar de la realidad.
Realidad consensuada
En el contexto de la experiencia psicodélica, la realidad en la que uno se encuentra antes y después de ella. Quizás sea por razones filosóficas: el cerebro siempre construye exclusivamente un modelo del mundo, nunca lo refleja tal y como es en realidad. Resulta que las personas interactúan entre sí, a menudo con éxito, porque son conscientes de ciertas "disposiciones" -cómo se llaman los objetos, cómo debe uno comportarse, etc.-.
Las imágenes alucinatorias y sus manifestaciones culturales han sido, de un modo u otro, objeto de escrutinio de los investigadores del siglo XX, que las han estudiado tanto desde un punto de vista antropológico como biológico. Una de las observaciones fenomenológicas más fascinantes para el alma materialista es que las alucinaciones visuales en la primera etapa de consumo del poderoso alucinógeno Ayahuasca son deterministas y culturalmente independientes. Esto fue sugerido por el antropólogo y arqueólogo colombiano Gerardo Raichel-Dolmatoff, basado en observaciones antropológicas de los indios Tucanos que viven en Brasil y Colombia. Observó que los Tucanos decoraban sus casas y otros objetos con un conjunto repetido de símbolos - resultó que los Tucanos transforman en objetos de cultura material las visiones que les llegan bajo la influencia de la Ayahuasca.
Formas permanentes
A finales de los años 20, el psicólogo Heinrich Kluwer investigó los patrones geométricos que surgen tras el uso de mescalina. En la introducción de su trabajo está escrito que es la primera monografía en inglés que considera la mescalina en muchos aspectos. Henry Kluwer clasificó en grupos los patrones geométricos simples de los que informaban las personas que consumían mescalina y los denominó "formas permanentes", que son patrones geométricos que se observan periódicamente durante la hipnagogia (el estado entre el sueño y la realidad), las alucinaciones y los estados alterados de conciencia. La clasificación de Kluwer de las "formas permanentes" consta de cuatro patrones.
Formas permanentes
A finales de los años 20, el psicólogo Heinrich Kluwer investigó los patrones geométricos que surgen tras el uso de mescalina. En la introducción de su trabajo está escrito que es la primera monografía en inglés que considera la mescalina en muchos aspectos. Henry Kluwer clasificó en grupos los patrones geométricos simples de los que informaban las personas que consumían mescalina y los denominó "formas permanentes", que son patrones geométricos que se observan periódicamente durante la hipnagogia (el estado entre el sueño y la realidad), las alucinaciones y los estados alterados de conciencia. La clasificación de Kluwer de las "formas permanentes" consta de cuatro patrones.
- Túneles (callejones, conos, embudos y vasos) .
- Espirales .
- Rejillas (estuco, mallas, incluidos panales, triángulos y tableros de ajedrez) .
- Telarañas.
Las modificaciones de estos patrones suelen seguir dos caminos: (a) repetición, combinación o transformación en diversos ornamentos y mosaicos; (b) elementos como los cuadrados de un tablero de ajedrez suelen tener bordes que también están formados por figuras geométricas. A veces, los bordes están representados por líneas tan finas que es imposible saber si son blancas o negras.
En el estudio de Walter Maclay, se administró mescalina a artistas y se les pidió que dibujaran sus visiones. El autor se sorprende del escaso número de publicaciones relacionadas con el análisis de las imágenes bajo los efectos de la mescalina y ofrece dos explicaciones:
1) la inactividad que se siente bajo los efectos de la mescalina;
2) la naturaleza fugaz y siempre cambiante de las visiones.
Dos teorías se debatían en aquella época: la teoría periférica, que afirmaba que las alucinaciones son producto de la percepción de los vasos sanguíneos del ojo, etc.; y la teoría psicológica, o central, que afirmaba que las alucinaciones son la proyección de imágenes mentales generadas por el cerebro. McLay llega a la sencilla conclusión de que la naturaleza de las alucinaciones con mescalina no puede definirse con claridad.
La capacidad de ver fenómenos entópicos bajo los efectos de la mescalina debe explicarse por la capacidad de "los bastones y los conos foveales de mirar hacia atrás", así escribía entre comillas Klüver en 1942 sobre estas teorías de alucinaciones periféricas. De hecho, uno de los investigadores que se toma en serio los sucesos periféricos, Marshall, escribe: "La capacidad de observar los coriocapilares requiere que la retina 'pueda mirar hacia atrás'". Según él, "suponiendo que la transición de la energía luminosa a la excitación nerviosa tenga lugar en el segmento externo de los bastones y los conos foveales, no parece haber nada improbable en esta hipótesis con una iluminación suficiente para ello".
Marshall cree que bajo los efectos de la mescalina se puede ver la capa capilar de la vasculatura del ojo (coriodea), así como los gránulos teñidos de la capa pigmentaria de la retina. En condiciones normales (es decir, no bajo los efectos de la mescalina) y bajo una luz intensa, se pueden ver puntos luminosos cuando se aparta la mirada de la fuente de luz; lo más probable es que se trate de células sanguíneas circulantes. Sin embargo, esto no se ajusta a las condiciones en las que se produce el viaje con mescalina. Pero hay otra explicación: se puede utilizar la presión física en lugar de la luz - en otras palabras, simplemente ejercer presión sobre los ojos, y "una pequeña cantidad de energía será interpretada como luz". Los puntos en forma de estrella -otra versión de las imágenes- surgen probablemente de gránulos de pigmento que han absorbido energía luminosa, y bajo presión (sobre los ojos) son capaces de emitir suficientes electrones para producir imágenes entópicas.
Marshall no se rinde y ofrece una explicación alternativa por si acaso: debido al aumento de la sensibilidad de los centros visuales bajo los efectos de la mescalina, el umbral de percepción disminuye tanto que incluso la luz del propio ojo será suficiente para manifestar imágenes retrorretinianas. Las "formas permanentes" de Marshall de Klüver se deben a su pequeño y compacto diámetro, a la correcta colocación de los bastones y conos, y a la fuente de luz que hay detrás de ellos. Hoppe, uno de los principales defensores de la teoría periférica de las alucinaciones visuales, sostenía ya a finales del siglo XIX que las "alucinaciones centrales" no existen en el cerebro y que el "contenido entópico del ojo" siempre produce "material alucinatorio". Así, estos investigadores creían que las alucinaciones nacen de la influencia de estímulos periféricos, y que el caldero, como suele decirse, está vacío.
1) la inactividad que se siente bajo los efectos de la mescalina;
2) la naturaleza fugaz y siempre cambiante de las visiones.
Dos teorías se debatían en aquella época: la teoría periférica, que afirmaba que las alucinaciones son producto de la percepción de los vasos sanguíneos del ojo, etc.; y la teoría psicológica, o central, que afirmaba que las alucinaciones son la proyección de imágenes mentales generadas por el cerebro. McLay llega a la sencilla conclusión de que la naturaleza de las alucinaciones con mescalina no puede definirse con claridad.
La capacidad de ver fenómenos entópicos bajo los efectos de la mescalina debe explicarse por la capacidad de "los bastones y los conos foveales de mirar hacia atrás", así escribía entre comillas Klüver en 1942 sobre estas teorías de alucinaciones periféricas. De hecho, uno de los investigadores que se toma en serio los sucesos periféricos, Marshall, escribe: "La capacidad de observar los coriocapilares requiere que la retina 'pueda mirar hacia atrás'". Según él, "suponiendo que la transición de la energía luminosa a la excitación nerviosa tenga lugar en el segmento externo de los bastones y los conos foveales, no parece haber nada improbable en esta hipótesis con una iluminación suficiente para ello".
Marshall cree que bajo los efectos de la mescalina se puede ver la capa capilar de la vasculatura del ojo (coriodea), así como los gránulos teñidos de la capa pigmentaria de la retina. En condiciones normales (es decir, no bajo los efectos de la mescalina) y bajo una luz intensa, se pueden ver puntos luminosos cuando se aparta la mirada de la fuente de luz; lo más probable es que se trate de células sanguíneas circulantes. Sin embargo, esto no se ajusta a las condiciones en las que se produce el viaje con mescalina. Pero hay otra explicación: se puede utilizar la presión física en lugar de la luz - en otras palabras, simplemente ejercer presión sobre los ojos, y "una pequeña cantidad de energía será interpretada como luz". Los puntos en forma de estrella -otra versión de las imágenes- surgen probablemente de gránulos de pigmento que han absorbido energía luminosa, y bajo presión (sobre los ojos) son capaces de emitir suficientes electrones para producir imágenes entópicas.
Marshall no se rinde y ofrece una explicación alternativa por si acaso: debido al aumento de la sensibilidad de los centros visuales bajo los efectos de la mescalina, el umbral de percepción disminuye tanto que incluso la luz del propio ojo será suficiente para manifestar imágenes retrorretinianas. Las "formas permanentes" de Marshall de Klüver se deben a su pequeño y compacto diámetro, a la correcta colocación de los bastones y conos, y a la fuente de luz que hay detrás de ellos. Hoppe, uno de los principales defensores de la teoría periférica de las alucinaciones visuales, sostenía ya a finales del siglo XIX que las "alucinaciones centrales" no existen en el cerebro y que el "contenido entópico del ojo" siempre produce "material alucinatorio". Así, estos investigadores creían que las alucinaciones nacen de la influencia de estímulos periféricos, y que el caldero, como suele decirse, está vacío.
Kluwer dice que se desconoce qué mecanismo está detrás de la aparición de "formas permanentes": central, periférico o ambos; y en la segunda mitad del siglo XX esto sigue siendo muy "vago", no hay datos suficientes. Subraya que sólo quiere señalar un punto: en diferentes condiciones, el sistema visual reproduce pocas "formas permanentes". Kluwer cree que cualquier teoría general que explique la aparición de "formas permanentes" debe ir más allá de la consideración de los mecanismos visuales.
Así, quince años después de la publicación del trabajo sobre las "formas permanentes", Kluwer ya se interesaba por otra cuestión: ¿es el mismo el mecanismo de las alucinaciones en diferentes modalidades sensoriales (incluido el fenómeno de las "formas permanentes")? Y no sólo las alucinaciones, sino en general, ¿cuál es la estructura de la experiencia visual? Los objetos -reales o imaginarios- pueden aumentar de tamaño, disminuir, duplicarse, etc. Además, ¿cómo puede producirse la poliopía, una condición en la que uno ve múltiples imágenes de un mismo objeto? Kluver se pregunta si es posible suponer que, bajo la influencia de los psicodélicos, este mecanismo de "multiplicación" de objetos también se aplica a la situación en la que uno percibe que hay alguien en la habitación, pero este extraño no es visible... Sólo que esta vez, sólo se multiplica o se desdobla en uno o más la propia personalidad. Sin embargo, todas las transformaciones antes mencionadas de los objetos visuales pueden ocurrir no sólo con mescalina, sino también en alucinaciones "no psicógenas", en alucinaciones autoscópicas -cuando una persona ve su cuerpo separado de sí misma-, en la percepción de objetos reales, en imágenes visuales, en sueños, en alucinaciones hipnagógicas (en vigilia), etc.
Así, quince años después de la publicación del trabajo sobre las "formas permanentes", Kluwer ya se interesaba por otra cuestión: ¿es el mismo el mecanismo de las alucinaciones en diferentes modalidades sensoriales (incluido el fenómeno de las "formas permanentes")? Y no sólo las alucinaciones, sino en general, ¿cuál es la estructura de la experiencia visual? Los objetos -reales o imaginarios- pueden aumentar de tamaño, disminuir, duplicarse, etc. Además, ¿cómo puede producirse la poliopía, una condición en la que uno ve múltiples imágenes de un mismo objeto? Kluver se pregunta si es posible suponer que, bajo la influencia de los psicodélicos, este mecanismo de "multiplicación" de objetos también se aplica a la situación en la que uno percibe que hay alguien en la habitación, pero este extraño no es visible... Sólo que esta vez, sólo se multiplica o se desdobla en uno o más la propia personalidad. Sin embargo, todas las transformaciones antes mencionadas de los objetos visuales pueden ocurrir no sólo con mescalina, sino también en alucinaciones "no psicógenas", en alucinaciones autoscópicas -cuando una persona ve su cuerpo separado de sí misma-, en la percepción de objetos reales, en imágenes visuales, en sueños, en alucinaciones hipnagógicas (en vigilia), etc.
Alucinaciones y ecuaciones diferenciales
Klüver era psicólogo y no ofrecía ninguna explicación a nivel neuronal. Sin embargo, unas décadas más tarde aparecieron modelos matemáticos con una explicación de "formas permanentes". Se basan en el supuesto de que la información de la retina al córtex se "mapea" de forma no lineal.
A su vez, Ermentrautr y Cowan (1979) derivaron dos ecuaciones que explicarían la dinámica no lineal de la interacción retina-corteza.
Estos modelos matemáticos asumen que la interacción entre neuronas inhibitorias y excitatorias es asimétrica, predominando la excitación. Sin embargo, para cualquier sistema que sea capaz de generar patrones de forma espontánea, además del mecanismo asimétrico, se necesita difusión para ayudar a propagar la actividad neuronal. Para entenderlo mejor, sin embargo, aún podemos recurrir a Turing, que explicó la aparición de patrones mediante la difusión de dos sustancias químicas que interactúan: un activador y un inhibidor. El inhibidor y el activador se difunden a velocidades diferentes. Cuando el inhibidor se difunde más rápidamente que el activador, este último aparece en forma de bandas y manchas.
Convirtiendo el modelo de Turing para el tejido nervioso, calculamos la constante espacial de excitación e inhibición en lugar de la constante de difusión química. El mecanismo de Turing en el tejido nervioso utiliza la competencia de neuronas excitadoras e inhibidoras como algún morfógeno en lugar de activador e inhibidor. Se puede imaginar que la "excitación" surge espontáneamente en la corteza, da lugar a bandas de excitación y, por tanto, a "formas permanentes" de Kluwer. Las alucinaciones nacen justo cuando la balanza se inclina hacia la excitación.
Estos modelos matemáticos asumen que la interacción entre neuronas inhibitorias y excitatorias es asimétrica, predominando la excitación. Sin embargo, para cualquier sistema que sea capaz de generar patrones de forma espontánea, además del mecanismo asimétrico, se necesita difusión para ayudar a propagar la actividad neuronal. Para entenderlo mejor, sin embargo, aún podemos recurrir a Turing, que explicó la aparición de patrones mediante la difusión de dos sustancias químicas que interactúan: un activador y un inhibidor. El inhibidor y el activador se difunden a velocidades diferentes. Cuando el inhibidor se difunde más rápidamente que el activador, este último aparece en forma de bandas y manchas.
Convirtiendo el modelo de Turing para el tejido nervioso, calculamos la constante espacial de excitación e inhibición en lugar de la constante de difusión química. El mecanismo de Turing en el tejido nervioso utiliza la competencia de neuronas excitadoras e inhibidoras como algún morfógeno en lugar de activador e inhibidor. Se puede imaginar que la "excitación" surge espontáneamente en la corteza, da lugar a bandas de excitación y, por tanto, a "formas permanentes" de Kluwer. Las alucinaciones nacen justo cuando la balanza se inclina hacia la excitación.
Lior Roseman, investigador del Imperial College de Londres que dedicó su tesis a las alucinaciones simples bajo el efecto de los psicodélicos, señala que los modelos relacionados con la actividad de las neuronas de la corteza visual primaria, por un lado, sólo explican las imágenes simples. Por otro lado, incluso las imágenes más complejas siguen teniendo una estructura geométrica. En el caso de que patrones geométricos simples formen parte de imágenes más complejas, esto podría explicar por qué la gente ve serpientes y tigres tan a menudo: su patrón geométrico se basa en el mismo mecanismo de Turing. En otras palabras, la actividad neuronal estocástica que da lugar en el cerebro alucinante a la percepción de manchas, al integrarla en un objeto más complejo, da como resultado una serpiente.
Sin embargo, aunque estos modelos pueden explicar las alucinaciones visuales simples, sigue siendo una cuestión abierta si pueden hacer lo mismo con las alucinaciones auditivas o somatosensoriales. Si el modelo con un desequilibrio de inhibición y excitación es correcto, quizá se trate de algún mecanismo general. Pero tales afirmaciones especulativas requieren verificación y, preferiblemente, en un humano. En 1998, se repitió en un ser humano un experimento similar al realizado en un mono utilizando fMRI, y los resultados fueron similares. En este caso, no fue necesario extraer la corteza occipital: se mostraron a los sujetos estímulos orientados de forma diferente y se calculó la actividad cortical.
Sin embargo, aunque estos modelos pueden explicar las alucinaciones visuales simples, sigue siendo una cuestión abierta si pueden hacer lo mismo con las alucinaciones auditivas o somatosensoriales. Si el modelo con un desequilibrio de inhibición y excitación es correcto, quizá se trate de algún mecanismo general. Pero tales afirmaciones especulativas requieren verificación y, preferiblemente, en un humano. En 1998, se repitió en un ser humano un experimento similar al realizado en un mono utilizando fMRI, y los resultados fueron similares. En este caso, no fue necesario extraer la corteza occipital: se mostraron a los sujetos estímulos orientados de forma diferente y se calculó la actividad cortical.