Algunas drogas, como las setas, no sólo provocan alucinaciones en las personas, sino que también pueden reducir los niveles de ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales. Los efectos de estas sustancias pueden ser especialmente potentes cuando las experiencias triposas se convierten en experiencias espirituales.
Cuando los médicos le dijeron a Clark Martin en 1990 que sólo le quedaba un año de vida a causa de un cáncer de riñón en fase cuatro, no tenían ni idea de lo mucho que se resistiría a las predicciones de la medicina. "Sigo aquí ", dice hoy.
Sin embargo, esa afirmación carece de la alegría que cabría esperar del superviviente de una lucha de años. Los años de tratamiento y las constantes amenazas para su vida han dejado huella en él, desgastándole y agobiándole. " Fue duro e insoportable ", dice Martin.
En 2010, cuando llevaba casi 20 años luchando contra la enfermedad, se topó con un inusual programa de investigación. A los participantes no se les ofrecían píldoras milagrosas para reducir tumores. En su lugar, tomaban sustancias psicodélicas: los científicos del cerebro buscaban una respuesta a cómo los alucinógenos, que alteran la percepción y el pensamiento, podrían afectar a la salud mental. "Siempre me han interesado los psicodélicos, pero nunca los había probado. Tenía miedo de no poder soportarlo " - admite Martin, que era psicólogo clínico jubilado.
Cuando los médicos le dijeron a Clark Martin en 1990 que sólo le quedaba un año de vida a causa de un cáncer de riñón en fase cuatro, no tenían ni idea de lo mucho que se resistiría a las predicciones de la medicina. "Sigo aquí ", dice hoy.
Sin embargo, esa afirmación carece de la alegría que cabría esperar del superviviente de una lucha de años. Los años de tratamiento y las constantes amenazas para su vida han dejado huella en él, desgastándole y agobiándole. " Fue duro e insoportable ", dice Martin.
En 2010, cuando llevaba casi 20 años luchando contra la enfermedad, se topó con un inusual programa de investigación. A los participantes no se les ofrecían píldoras milagrosas para reducir tumores. En su lugar, tomaban sustancias psicodélicas: los científicos del cerebro buscaban una respuesta a cómo los alucinógenos, que alteran la percepción y el pensamiento, podrían afectar a la salud mental. "Siempre me han interesado los psicodélicos, pero nunca los había probado. Tenía miedo de no poder soportarlo " - admite Martin, que era psicólogo clínico jubilado.
Sin embargo, gracias al apoyo de un mentor, participar en el estudio le pareció menos arriesgado. Ese mentor eran científicos del departamento de psiquiatría de la Universidad Johns Hopkins que formaban parte del nuevo campo de la investigación psicodélica.
A la luz de una normativa más liberal, han empezado a estudiar cómo las sustancias que alteran la mente pueden ayudar al cerebro humano. Estudios de todo el mundo han demostrado que estas drogas pueden romper patrones mentales establecidos, ayudar a combatir las adicciones, aliviar los síntomas de la depresión, reducir los miedos existenciales y mejorar las relaciones interpersonales.
Además, los científicos han observado otro aspecto interesante: cuando las personas tienen experiencias espirituales durante los viajes, tienen más probabilidades de romper adicciones y ser más felices o sentirse más satisfechas consigo mismas a largo plazo. Estas experiencias místicas pueden adoptar muchas formas, desde sentir la presencia de Dios o de algún Ser Superior hasta una profunda conexión con el mundo que nos rodea y el tiempo, desde el momento de la existencia hasta el Big Bang y los horizontes lejanos.
Debido a la relación entre las experiencias místicas y los resultados médicos, los investigadores, incluidos sus colegas de la Universidad Johns Hopkins, están intentando comprender por qué la gente tiene estas experiencias trascendentes, cómo puede afectar positivamente a nuestros cerebros y qué implicaciones tiene para la forma en que percibimos el mundo en general.
A la luz de una normativa más liberal, han empezado a estudiar cómo las sustancias que alteran la mente pueden ayudar al cerebro humano. Estudios de todo el mundo han demostrado que estas drogas pueden romper patrones mentales establecidos, ayudar a combatir las adicciones, aliviar los síntomas de la depresión, reducir los miedos existenciales y mejorar las relaciones interpersonales.
Además, los científicos han observado otro aspecto interesante: cuando las personas tienen experiencias espirituales durante los viajes, tienen más probabilidades de romper adicciones y ser más felices o sentirse más satisfechas consigo mismas a largo plazo. Estas experiencias místicas pueden adoptar muchas formas, desde sentir la presencia de Dios o de algún Ser Superior hasta una profunda conexión con el mundo que nos rodea y el tiempo, desde el momento de la existencia hasta el Big Bang y los horizontes lejanos.
Debido a la relación entre las experiencias místicas y los resultados médicos, los investigadores, incluidos sus colegas de la Universidad Johns Hopkins, están intentando comprender por qué la gente tiene estas experiencias trascendentes, cómo puede afectar positivamente a nuestros cerebros y qué implicaciones tiene para la forma en que percibimos el mundo en general.
Martin se inscribió para participar en el estudio y fue entrenado mediante una serie de consultas con William Richards, psicólogo clínico de la Facultad de Medicina Johns Hopkins. El día de la experiencia, estaba sentado en un sofá de un despacho que se había transformado en un espacio acogedor con un Buda, cuadros al aire y una suave luz amarilla.
Sin embargo, el comienzo de la experiencia no fue fácil. Tras tomar psilocibina -una sustancia alucinógena que se encuentra en las setas mágicas- se recostó, se puso un antifaz en los ojos y escuchó música clásica mientras los investigadores observaban sus experiencias. Pero cuando la sustancia empezó a hacer efecto, le entró el pánico. " Todo lo que había en la habitación me resultaba desconocido" , recuerda Martin, relatando lo que ocurrió cuando se quitó el antifaz. "Las voces ya no tenían sentido". Se sentó erguido, deseando poder salir corriendo y encontrar algo que le devolviera a una realidad familiar.
Al ver su angustia, Richards rodeó suavemente el hombro de Martin con el brazo. No pronunció ni una palabra, no trató de consolarlo, sino que se limitó a permanecer cerca de él, ayudándole a centrarse en lo familiar incluso cuando Martin se deslizaba hacia un estado completamente nuevo.
La psilocibina se apoderó gradualmente de su mente y Martin se encontró en una especie de catedral. O, según él, en un gimnasio con vidrieras que parecía un santuario.
"Pensé: si alguna vez tengo la oportunidad de hablar, éste es el momento ", recuerda.
Después, invitó a Dios a comunicarse con él.
Sin embargo, el comienzo de la experiencia no fue fácil. Tras tomar psilocibina -una sustancia alucinógena que se encuentra en las setas mágicas- se recostó, se puso un antifaz en los ojos y escuchó música clásica mientras los investigadores observaban sus experiencias. Pero cuando la sustancia empezó a hacer efecto, le entró el pánico. " Todo lo que había en la habitación me resultaba desconocido" , recuerda Martin, relatando lo que ocurrió cuando se quitó el antifaz. "Las voces ya no tenían sentido". Se sentó erguido, deseando poder salir corriendo y encontrar algo que le devolviera a una realidad familiar.
Al ver su angustia, Richards rodeó suavemente el hombro de Martin con el brazo. No pronunció ni una palabra, no trató de consolarlo, sino que se limitó a permanecer cerca de él, ayudándole a centrarse en lo familiar incluso cuando Martin se deslizaba hacia un estado completamente nuevo.
La psilocibina se apoderó gradualmente de su mente y Martin se encontró en una especie de catedral. O, según él, en un gimnasio con vidrieras que parecía un santuario.
"Pensé: si alguna vez tengo la oportunidad de hablar, éste es el momento ", recuerda.
Después, invitó a Dios a comunicarse con él.
Durante el tiempo que Richard supervisó el viaje de Martin, él y su colega de la Universidad Johns Hopkins, Roland Griffiths, trataron de destacar la importancia de su trabajo en el campo de la salud mental y el tratamiento de las adicciones. Su investigación fundamental, incluido el libro de Richards de 2015 Sacred Knowledge: psychedelics and religious experiences(Conocimiento sagrado: psicodélicos y experiencias religiosas), inspiró a una nueva generación de estudiosos y sentó las bases para la creación del Centro de Estudios sobre Psicodélicos y Conciencia de la universidad en 2019.
Este centro emplea actualmente a unas 30 personas, entre investigadores experimentados y estudiantes, y Griffiths ejerce de director.
La institución adopta y utiliza activamente los estereotipos de la cultura psicodélica, como señala Ian Geithner, coordinador de la investigación y antiguo estudiante de posgrado. Por ejemplo, en su despacho cuelga un tapiz que representa una seta y el ojo que todo lo ve, y una encantadora lámpara de lava contribuye a crear ambiente.
Cuando Griffiths vio la lámpara por primera vez, Geithner pensó que al director le parecería "poco profesional", pero en lugar de eso exclamó encantado: "¡Hacía mucho tiempo que no veía algo así!".
El trabajo de Griffiths y Richards continúa una tradición de investigación científica formal que comenzó en 1962 con un experimento llamado el Experimento del Viernes Santo, dirigido por Walter Panke, doctor en teología y estudiante de posgrado de Harvard. Reunió a participantes de clases locales de teología que tomarían psilocibina o un placebo en el sótano de una capilla mientras escuchaban la retransmisión del Viernes Santo por encima. A continuación, los participantes describieron sus experiencias y Pahnke evaluó sus relatos utilizando los criterios establecidos por el filósofo Walter Stace en 1960, que incluían una sensación de unidad con el universo, interacción con algo sagrado y una sensación de hiperrealidad.
Alrededor del 40% de los participantes en el "Experimento del Viernes Santo " mostraron resultados que cumplían todos los criterios de "muy bueno". Unos años más tarde, Richards, mientras trabajaba en el Centro de Investigación Psiquiátrica de Maryland, publicó junto con Panke un artículo titulado "Los efectos del LSD y el misticismo experimental".
Alrededor del 40% de los participantes en el "Experimento del Viernes Santo " mostraron resultados que cumplían todos los criterios de "muy bueno". Unos años más tarde, Richards, mientras trabajaba en el Centro de Investigación Psiquiátrica de Maryland, publicó junto con Panke un artículo titulado "Los efectos del LSD y el misticismo experimental".
Sin embargo, a mediados de la década de 1960, nuevas leyes en Estados Unidos se volvieron en contra de la investigación psicodélica, ilegalizando la producción y venta de estas sustancias tanto para uso recreativo como clínico.
Los psicodélicos se asociaron con la contracultura hippie, y algunas investigaciones, llevadas a cabo, entre otros, por personal de la CIA, pasaron a ser de dudosa ética, lo que agravó la situación.
El estudio de estas sustancias dependía de la aprobaciónde la FDA y la Drug Enforcement Administration, lo que detuvo de hecho la mayoría de investigaciones como el trabajo de Pahnke; la financiación y los permisos para estos temas se concedían con gran reticencia. Griffiths, que se había establecido en el campo de la psicofarmacología, pasó a estudiar las adicciones al alcohol, el tabaco y los sedantes. Sólo después de establecerse como investigador serio pudo presentar a las autoridades un plan sólido para sus estudios.
Los psicodélicos se asociaron con la contracultura hippie, y algunas investigaciones, llevadas a cabo, entre otros, por personal de la CIA, pasaron a ser de dudosa ética, lo que agravó la situación.
El estudio de estas sustancias dependía de la aprobaciónde la FDA y la Drug Enforcement Administration, lo que detuvo de hecho la mayoría de investigaciones como el trabajo de Pahnke; la financiación y los permisos para estos temas se concedían con gran reticencia. Griffiths, que se había establecido en el campo de la psicofarmacología, pasó a estudiar las adicciones al alcohol, el tabaco y los sedantes. Sólo después de establecerse como investigador serio pudo presentar a las autoridades un plan sólido para sus estudios.
Tras un largo paréntesis, en 2000 Griffiths y Richards, entonces en la Universidad Johns Hopkins, fueron los primeros en recibir permiso y financiación para reanudar una investigación rigurosa sobre la psilocibina. Retomaron el trabajo donde lo había dejado Pahnke, investigando las experiencias místicas y sus efectos sobre el estado mental de voluntarios sanos.
Los investigadores trataron de averiguar cómo afecta la psilocibina al estado de ánimo y a la psique de personas con estados mentales estables, así como la relación de estos cambios con los aspectos espirituales que pueden manifestarse durante la exposición a la sustancia.
Griffiths y Richards destacaron en su trabajo que muchas culturas tienen una tradición centenaria de uso de alucinógenos, un legado que está empezando a ser reconocido en la comunidad científica en lugar de ser descartado como anticuado o no occidental.
El primer intento de los investigadores se ejecutó de forma rigurosa y fue una versión actualizada del experimento del Viernes Santo. En el estudio doble ciego, se administró psilocibina a 36 voluntarios y luego un placebo, o viceversa. Como resultado, el 61% de los participantes tuvo una experiencia totalmente mística. Uno de ellos describió un encuentro con Dios, que aparecía en forma de chorros dorados de luz, asegurándoles que todo en el mundo era perfecto, a pesar de las limitaciones de la percepción humana. Más de un año después, dos tercios de los participantes afirmaron que la experiencia había sido una de las más significativas de su vida.
Los investigadores trataron de averiguar cómo afecta la psilocibina al estado de ánimo y a la psique de personas con estados mentales estables, así como la relación de estos cambios con los aspectos espirituales que pueden manifestarse durante la exposición a la sustancia.
Griffiths y Richards destacaron en su trabajo que muchas culturas tienen una tradición centenaria de uso de alucinógenos, un legado que está empezando a ser reconocido en la comunidad científica en lugar de ser descartado como anticuado o no occidental.
El primer intento de los investigadores se ejecutó de forma rigurosa y fue una versión actualizada del experimento del Viernes Santo. En el estudio doble ciego, se administró psilocibina a 36 voluntarios y luego un placebo, o viceversa. Como resultado, el 61% de los participantes tuvo una experiencia totalmente mística. Uno de ellos describió un encuentro con Dios, que aparecía en forma de chorros dorados de luz, asegurándoles que todo en el mundo era perfecto, a pesar de las limitaciones de la percepción humana. Más de un año después, dos tercios de los participantes afirmaron que la experiencia había sido una de las más significativas de su vida.
A continuación, un equipo de investigación de la Universidad Johns Hopkins siguió explorando la relación entre los psicodélicos, la espiritualidad y la calidad de vida. En 2011, la mayoría de los participantes volvieron a tener una experiencia mística, que se tradujo en cambios positivos en su estado de ánimo y comportamiento que persistieron durante mucho tiempo. También se observó que las personas que experimentaron misticismo mostraron más apertura después de las sesiones que antes de ellas.
Los científicos también han investigado si los psicodélicos pueden ayudar con las adicciones.En 2014, un pequeño estudio con fumadores descubrió que el 80% de los participantes pudieron dejar de fumar tras varias dosis de psilocibina y terapia cognitivo-conductual, una mejora significativa respecto a los métodos tradicionales.
El trabajo de los investigadores también abarcó los efectos de los psicodélicos sobre la ansiedad y la depresión en pacientes con cáncer. Durante el estudio, observaron que estas sustancias activaban nuevos patrones neuronales, reduciendo el miedo y la tristeza.
Clark Martin, uno de los participantes, declaró que mientras la psilocibina estaba activa, esperaba una respuesta de Dios, pero en su lugar se encontró con una visión de su existencia en una frágil burbuja en la que vivían otras personas. No intentó analizar o dar sentido a las visiones, simplemente las experimentó, lo que era diferente de su pensamiento lógico habitual. Tras la sesión, sus síntomas de depresión desaparecieron.
Los científicos también han investigado si los psicodélicos pueden ayudar con las adicciones.En 2014, un pequeño estudio con fumadores descubrió que el 80% de los participantes pudieron dejar de fumar tras varias dosis de psilocibina y terapia cognitivo-conductual, una mejora significativa respecto a los métodos tradicionales.
El trabajo de los investigadores también abarcó los efectos de los psicodélicos sobre la ansiedad y la depresión en pacientes con cáncer. Durante el estudio, observaron que estas sustancias activaban nuevos patrones neuronales, reduciendo el miedo y la tristeza.
Clark Martin, uno de los participantes, declaró que mientras la psilocibina estaba activa, esperaba una respuesta de Dios, pero en su lugar se encontró con una visión de su existencia en una frágil burbuja en la que vivían otras personas. No intentó analizar o dar sentido a las visiones, simplemente las experimentó, lo que era diferente de su pensamiento lógico habitual. Tras la sesión, sus síntomas de depresión desaparecieron.
Los investigadores, entre ellos Alan Davis, de la Universidad Estatal de Ohio, han tratado de comprender cómo se relaciona la percepción de las experiencias místicas con los encuentros sobrios con poderes superiores. Para ello, realizaron una encuesta en Internet que recogía las opiniones de más de 4.000 personas sobre "encuentros con Dios" tanto sobrias como bajo los efectos de psicodélicos. Los resultados mostraron que ambos grupos estaban de acuerdo en que sus experiencias eran sagradas y significativas, y muchos no creyentes se convirtieron en creyentes después de tales experiencias.
Algunos participantes percibieron sus encuentros con seres divinos como una construcción de sus mentes, lo que plantea dudas sobre la realidad de estas experiencias. Davis subraya que, independientemente de la veracidad de tales acontecimientos, su valor sigue siendo elevado en el contexto de los resultados clínicos.
Independientemente de la realidad o imaginación de las experiencias místicas, sus efectos positivos en las personas persisten. Los científicos están investigando las razones químicas por las que los psicodélicos evocan sentimientos de espiritualidad.
Roland Griffiths y Frederick Barrett, de la Universidad Johns Hopkins, explican en un artículo de 2017 que algunos psicodélicos afectan a los receptores de serotonina 5-HT2A, creando un efecto que los neurobiólogos aún no comprenden del todo. Estas sustancias afectan a la red de modo por defecto del cerebro, que se activa durante la reflexión interior. Como resultado de su desactivación, es posible "disolver el yo" y perder la sensación de soledad, lo que puede explicar el sentimiento unificado con el entorno.
Algunos participantes percibieron sus encuentros con seres divinos como una construcción de sus mentes, lo que plantea dudas sobre la realidad de estas experiencias. Davis subraya que, independientemente de la veracidad de tales acontecimientos, su valor sigue siendo elevado en el contexto de los resultados clínicos.
Independientemente de la realidad o imaginación de las experiencias místicas, sus efectos positivos en las personas persisten. Los científicos están investigando las razones químicas por las que los psicodélicos evocan sentimientos de espiritualidad.
Roland Griffiths y Frederick Barrett, de la Universidad Johns Hopkins, explican en un artículo de 2017 que algunos psicodélicos afectan a los receptores de serotonina 5-HT2A, creando un efecto que los neurobiólogos aún no comprenden del todo. Estas sustancias afectan a la red de modo por defecto del cerebro, que se activa durante la reflexión interior. Como resultado de su desactivación, es posible "disolver el yo" y perder la sensación de soledad, lo que puede explicar el sentimiento unificado con el entorno.
Sin embargo, el investigador Ido Hartogson, de la Universidad de Bar-Ilan, sostiene que el sentimiento de lo divino no se debe sólo a procesos químicos, sino también a una intensificación del significado ligado a la experiencia. Sus ideas permanecen en el ámbito de la filosofía, pero es posible realizar investigaciones con IRMf.
A pesar de las muchas cuestiones sin resolver sobre los psicodélicos, los recientes avances científicos están reduciendo el estigma y haciendo avanzar la investigación en este campo. Desde la década de 1990, se ha producido un resurgimiento de la investigación, que ahora se lleva a cabo en instituciones como el Imperial College de Londres y la Universidad Johns Hopkins.
Los tratamientos psicodélicos están mostrando resultados alentadores. La psilocibina ayudó a despertar la esperanza a un participante clave en el estudio, que sufría una depresión grave. Otro participante, Clark Martin, se centró en fortalecer las conexiones humanas con sus seres queridos en lugar de las percepciones abstractas tras consumir psicodélicos. Así pues, los psicodélicos están abriendo nuevos caminos en la comprensión y el tratamiento de los trastornos mentales.
A pesar de las muchas cuestiones sin resolver sobre los psicodélicos, los recientes avances científicos están reduciendo el estigma y haciendo avanzar la investigación en este campo. Desde la década de 1990, se ha producido un resurgimiento de la investigación, que ahora se lleva a cabo en instituciones como el Imperial College de Londres y la Universidad Johns Hopkins.
Los tratamientos psicodélicos están mostrando resultados alentadores. La psilocibina ayudó a despertar la esperanza a un participante clave en el estudio, que sufría una depresión grave. Otro participante, Clark Martin, se centró en fortalecer las conexiones humanas con sus seres queridos en lugar de las percepciones abstractas tras consumir psicodélicos. Así pues, los psicodélicos están abriendo nuevos caminos en la comprensión y el tratamiento de los trastornos mentales.