La rilmazafona y el alprazolam son compuestos similares a las benzodiacepinas que se utilizan por sus efectos sedantes y ansiolíticos, pero difieren en sus propiedades farmacológicas y su dosificación.
Las dosis típicas de rilmazafona rondan los 1-2 mg antes de dormir. Dado que en Japón se utiliza principalmente como agente hipnótico, su dosificación refleja su finalidad como somnífero, con dosis relativamente bajas en comparación con algunas benzodiacepinas ansiolíticas.
Para la ansiedad, la dosis habitual de alprazolam es de 0,25 a 0,5 mg tres veces al día, aunque puede llegar hasta 4 mg al día en dosis divididas para los casos graves. Para los trastornos de pánico, pueden prescribirse dosis más altas (hasta 10 mg/día).
El alprazolam es significativamente más potente como ansiolítico que la rilmazafona. Los efectos ansiolíticos del alprazolam deben ser más fuertes y pronunciados a dosis más bajas que los de la rilmazafona.
El uso de la rilmazafona es más especializado, principalmente en los trastornos del sueño, mientras que el alprazolam se utiliza ampliamente para los trastornos de ansiedad y pánico, por lo que su dosificación y aplicaciones típicas son bastante diferentes.
No existe una equivalencia directa entre la rilmazafona y el alprazolam debido a sus diferentes propósitos y potencias. Sin embargo, en general, los efectos de 1 mg de rilmazafona pueden compararse aproximadamente con los de 0,125 a 0,25 mg de alprazolam, aunque se trata de una estimación aproximada y puede variar mucho en función del metabolismo individual.