Antes de que Internet llegara a nuestras vidas, el mercado de la droga siempre estuvo directamente conectado con la calle. Sólo en las películas los traficantes guays van a las villas de sus proveedores, cogen una briqueta de la sustancia, la pinchan con un cuchillo, prueban el polvo en la lengua y asienten satisfechos, mientras el vendedor acaricia a su guepardo domesticado. En la vida real de la gente corriente, las cosas no suelen ser tan divertidas. Los tratos tienen lugar en coches llenos de humo, habitaciones estrechas o callejones oscuros, y cada vez que vas al trato, vas como si fuera la última. Adrenalina, miedo, paranoia. Y cada vez, esperas que todo salga bien y que no te engañen, te estafen o te maten.
Los movimientos callejeros son muy divertidos, y puede que esté exagerando un poco, pero aun así, todos los que están íntimamente familiarizados con los movimientos callejeros de la droga han tenido sensaciones parecidas. Comparte tus experiencias, da consejos y habla de los movimientos callejeros en esta sección. Hablemos de los peligros que pueden surgir, de cómo evitarlos y de cómo moverse con competencia en la luz y seguir en la sombra.
Los movimientos callejeros son muy divertidos, y puede que esté exagerando un poco, pero aun así, todos los que están íntimamente familiarizados con los movimientos callejeros de la droga han tenido sensaciones parecidas. Comparte tus experiencias, da consejos y habla de los movimientos callejeros en esta sección. Hablemos de los peligros que pueden surgir, de cómo evitarlos y de cómo moverse con competencia en la luz y seguir en la sombra.